El verano es icónico porque tiende a recordarnos de lo mismo.
Es aquel tiempo que nos permite descansar o viajar. Cuando nuestros niños por fin acaban su semestre escolar. Cerramos los ojos e imaginamos la rica brisa refrescándonos mientras reposamos frente al mar, y claro, también es cuando sentimos presión para entrenar y sudar para estar listos para la foto en las redes.
Sin embargo, de todas estas imágenes nunca pensamos que este tiempo más lento es el momento ideal para tocar base con nuestras finanzas personales. El verano coincide con el cierre de medio año, tiempo que lo hace un momento idóneo para reflexionar y revisar nuestras metas y ver cómo van. Validando si estamos cerca de nuestro plan inicial o si tenemos que apretar para poder lograr nuestro objetivo final.
Es curioso, porque para las metas físicas, recibimos retroalimentación inmediata con el uso de la pesa, el ajuste de nuestra ropa o el grupo de apoyo del gimnasio. Para las metas espirituales tenemos la comunidad de la iglesia, o nuestra fe inculcada. Para las metas emocionales tenemos el apoyo de nuestros amigos y familiares cercanos. Pero el apoyo y las conversaciones sobre nuestras finanzas, ¿el apoyo dónde es que está?
No debe sorprender que, según un estudio hecho recientemente por la firma de planificación financiera, Empower, el 62% de las personas en Estados Unidos admiten no hablar de dinero regularmente. Peor aún, el 46% de las parejas no dialogan entre ellos, y más preocupante aún, el 75% de los amigos no conversan sobre el dinero.
Tampoco debe sorprender que el estudio de la Academia Claridad Financiera, hecho en Puerto Rico, encontró que un 50% de los puertorriqueños no tenían $1,000 ahorrados y casi un 70% no contaba con un ahorro de 3 meses de sus gastos. El tema del dinero nos da vergüenza. Nos intimida. Nos puede traer preocupaciones, estrés y ansiedad.
Quizás porque culturalmente nos hemos acondicionado a equivaler nuestro valor humano a nuestro valor financiero neto (“Net Worth”). Sin embargo, Dyanis De Jesus, empresaria, artista y estratega lo dijo en una entrevista de mi podcast, La Maestría—“Quién tú eres no es lo que tú te ganas”. Yo añadiría que tampoco eres lo que tienes ahorrado o invertido en el banco. Debemos ser más justos con nosotros mismos a la vez que aprendemos y mejoramos sobre un tema tan tabú. Pues al igual que el tema del “fitness” o de salud, es un reto que nunca culmina.
Para romper con el patrón del silencio, estoy lanzando en colaboración con FirstBank, el primer #MoneyFitChallengePR.
De la misma manera que necesitas hacerte una evaluación física para definir tus metas y objetivos a la hora de ponerte en forma para el verano—y claro, lucir bien para la foto—estaremos proveyendo herramientas gratuitas para que puedas adueñarte de tus finanzas.
Todo con el objetivo final de que puedas calcular tu “savings rate” o tasa de ahorro personalizada.
Finalmente, publicaré una serie de videos que te ayudarán a manejar tu estado emocional para que puedas ahorrar más, salpicado con unos truquitos.
Tasa de ahorro es sencillamente el % de dinero que puedes ahorrar cada mes. En un mundo perfecto, todos ahorraríamos un % estándar, digamos un 10% de tu ingreso mensual.
El problema es que las realidades económicas de todos son distintas. Hay personas que tienen mayores gastos fijos por tener hijos. Hay personas que comen más afuera porque el tiempo no les da para cocinar. Hay personas que priorizan las experiencias y hay otras que les gustan sus juguetes.
A consecuencia de esto, resulta imprescindible que podamos completar una radiografía de nuestras finanzas (vía un presupuesto) para poder saber cuál es la tasa de ahorro que podemos ejecutar.
Sencillamente es un resumen de tus ingresos y gastos por un periodo de tiempo específico.
Te contamos algunas opciones en caso de un gasto inesperado, considera la mejor opción y elige lo mejor para ti.
Ver artículoEl primer paso es crear una radiografía de tus hábitos financieros con un presupuesto. Ahora, sé que vas a decir:
“No soy bueno en números”.
“No tengo tiempo para esto”.
“No soy disciplinado”.
“Ni sé por dónde empezar…”
Tranqui. Aquí te comparto un “template” o descargable para que puedas empezar.
Descarga la Hoja De Presupuesto aquí.
Tus gastos fijos son los que no puedes evadir. Son aquellos que llueve, truene o escampe, llegan por correo electrónico o postal con una factura con fecha de vencimiento todos los meses. Estos serían gasto de hipoteca, gasto de utilidades, internet, suscripciones y pagos de tarjetas de crédito.
Los gastos variables son tus gastos discrecionales. Son aquellos que, aunque sean recurrentes (compras, gasolina, almuerzos) no están acompañados por una fecha particular.
Son gastos que controlas tú.
Saber cuáles son tus gastos fijos y gastos variables por mes son el primer paso para determinar tu tasa de ahorro personalizada.
“No soy disciplinado”.
“Ni sé por dónde empezar…”
Tranqui. Aquí te comparto un “template” o descargable para que puedas empezar.
Descarga la Hoja De Presupuesto aquí.
El objetivo del #MoneyFitChallengePR es que puedas al final del camino:
Esto te encaminará a poder comenzar a crear un fondo de emergencias, pagar deudas personales o tarjetas de crédito y tener suficiente capital para tu retiro.
Comienza hoy, descarga la Hoja de Presupuesto.
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El contenido de esta sección se ofrece con propósito informativo y educativo solamente y no aplica a todo tipo de situaciones. El contenido no debe considerarse un consejo ni una sugerencia para realizar (o abstenerse de realizar) ninguna acción en particular, pues no incluye ni tiene en cuenta todos los factores que pueden ser relevantes para sus necesidades individuales.